Los Grissini son unos de los productos italianos más conocidos por el mundo; estoy segura que alguna vez los habréis comido en algún restaurante italiano. Efectivamente en los restaurantes italianos se suelen dejar sobre las mesas unos cestos pequeños con los grissini para que la gente pueda picar algo mientras espera que les traigan la comida.
Se trata de una especialidad de la ciudad de Turín, cuyo origen se remonta al siglo XVII y que concretamente consiste en unos palillos de pan crujiente y de fácil digestión.
Se pueden preparar en diferentes maneras: clásicos o de otros sabores, como os muestro en los pasos a continuación.
Su receta es muy sencilla e inclusive son divertidos de hacer, salen muy ricos y son perfectos para sorprender a vuestros amigos con un toque diferente sobre vuestras mesas.
Además que como aperitivo, se pueden utilizar para acompañar algún entrante (como por ej. embutidos, quesos, etc..), quedan bien para presentar algún plato más “escenográfico” y se pueden picar durante todo el día… inclusive los de sabor clásico se pueden mojar en un vaso de Nutella (jajajja!!!) para un pecado de gula!
Espero que os guste esta receta… Qué se diviertan!!
Ingredientes:
400 gr. de harina de trigo tierno
12 gr. de lavadura fresca (o 5 gr. de levadura seca para pan)
170 gr. de agua
42 gr. de manteca o de aceite de oliva, más un poco de aceite para untar.
7 gr. de sal
1 cucharadita de azúcar
un poco de harina de sémola de trigo superior para empanar
Sugerencias para condimentar (según guste):
2 cucharaditas de semillas de amapolas
2 cucharaditas de semillas de sésamo (ajonjolí)
unas aceitunas verdes picadas
unas nueces picadas
Preparación:
En un cuenco derretir la levadura, la sal y el azúcar con el agua, luego incorporar el aceite y la harina y amasar bien con las manos (foto 1) hasta obtener una masa lisa y homogénea.
Dejar reposar la masa cubierta con un contenedor volteado encima durante unos 15-20 minutos (foto 2).
Mientras tanto vamos desmenuzando las nueces, las aceitunas y preparamos las semillas de amapolas y de sésamo (foto 3 y 4).
Dividir la masa en 4 porciones del mismo tamaño y amasar cada una con los ingredientes que habéis escogido para dar a los grissini sabores diferentes (nueces, aceitunas.. etc.. foto 5). Si en cambio no queréis condimentar vuestros grissini, sino que queréis preparar los clásicos no hace falta poner ningún otro ingrediente y seguís la receta saltando este paso.
Luego untar con aceite cuatro hojas de película transparente (foto 6), poner una pieza de masa en cada una y untarlas por encima (foto 7). Envolver bien cada pieza de masa. Es importante envolver las masas en la película transparente para evitar que se seque y que haga la costra (foto 8).
Dejar reposar las masas durante una hora de manera que doblen sus volumenes (foto 9).
Pasado este tiempo sacar las masas de sus envolturas (foto 10) y cortar en pedazos del tamaño de un dedo. Pasar cada pedazo de masa por la harina de sémola de trigo duro (foto 11) y luego estirar para dar forma a los grissini. Hay que estirar los grissini cogiendo cada pedazo a un cm del centro (foto 12) y estirar hacia las extremidades (foto 13; saldrán grissini largos unos 25 cm aproximadamente).
Si queréis dar a vuestros grissini un aspecto más rústico mientras los estiráis los enrolláis ligeramente como una espiral.
Disponer los grissini sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal (foto 14), distanciándolos el uno del otro para que no se peguen durante la cocción.
Cocinar a 230ºC durante unos 10 minutos.
Dejar enfriar bien para que se endurezcan antes de comerlos (foto 15).
Suegerencia: los grissini se conservan bien durante varios días. Primero hay que envolverlos en una servilleta de papel y luego ponerlos en una bolsita de plástico para alimentos.
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